¿QUÉ ES LA GEOGRAFÍA?, ¿EN DONDE NOS ENCONTRAMOS?

La pregunta del millón. Así hemos bautizado a esta cuestión los estudiosos de esta ciencia. Mucha tinta ha llenado muchas páginas para definir una ciencia cambiante y gracias a ello viva. Una descripción para cada época y una definición al servicio de cada ideología, una ciencia siempre de la mano del poder político, el arma de los nacionalistas, la justificación de la región, el manual de los viajeros, el inventario de lo conocido y tantas otras funciones que ha tenido afortunadamente esta riquísima ciencia no vacía de contenido.

Hoy el geógrafo siente más que nunca la necesidad de, sin desprenderse de la gran armadura de sus conocimientos holísticos, el involucrarse en lo que la sociedad le exige. Ser útil a la base de sus conocimientos, el hombre y el medio (atendamos la mayoría de las definiciones de esta ciencia).

La ciencia geográfica vive en España uno de los momentos más estrafalarios de su historia. En los centros universitarios, los alumnos encuentran una gama de profesores de geografía como antes nunca se había dado. Desde el viejo investigador que siempre ha estado a la última del desarrollo tecnológico y científico hasta el jóven profesor que aún utiliza métodos jurásicos para afrontar los problemas geográficos.

El alumno cuando termina sus estudios de segundo ciclo, no sabe donde se encuentra. Bueno, esto no es del todo cierto. El recién licenciado en Geografía, tiene claro que bajo el paraguas académico, si tiene paciencia y empeño, al final puede refugiarse allí de donde nunca salió.

¡Ah ya! que no he citado a Eratóstenes, Humboldt, Vidal de la Blache, los económetras de la Escuela de Chicago, los marxistas, los radicales. Lo siento chicos y alguna chica (debemos reconocer que en nuestra antigua tradición no abundan), pero ustedes están en mi cabeza armando los conocimientos de mi ciencia, pero los geógrafos actuales buscamos salidas profesionales y es mejor no mencionarlos. Claro que vamos a coger de cada uno de ustedes un poco cuando nos interese, pero buscamos unidad y lo más que hemos conseguido es firmar a regañadientes que todos vamos en la dirección de la ordenación del territorio. Esto fue una solución loable para no desaparecer de la Universidad, pero debemos seguir avanzando.

Para el academicismo vale todo, ¡Pero necesitamos un reconocimiento profesional!. De momento hemos conseguido poner de manifiesto con nuestro desempeño laboral que el geógrafo vale para todo, ahora salgamos a la prensa a los medios de los que tan bien nos hablaba Milton Santos. Entremos en el globo para cambiarlo, dejemos de escribirnos correspondencia y salgamos al mundo.

Bueno espero sus críticas. Sería muy féliz si alguien siguiera esta cadena. No necesitas citar a nadie para afianzar tus ideas, podemos dejar eso para las publicaciones, aunque se valorará.