martes, 27 de noviembre de 2007

LE PETIT PRINCE, EL PRINCIPITO


Si estudias geografía, es muy posible que hayas oido hablar de esta obra de Antoine de Saint - Exupery. En una edición bilingüe que me regaló una amiga de Francia (gracias Céline), el introductor se pregunta cómo un escritor que era a la vez un hombre de acción y un héroe podía de pronto escribir cuentos para niños.
Lo cierto, es que siendo el libro más sencillo de los que el autor publicó, es también el más profundo, y seguro que no soy el único que ha indagado en la filosofía que comunica su lectura. Como no podía ser de otra forma, quiero dejar en mi blog esa parte en la que todos los geógrafos que la hemos leído, le hemos prestado más atención. Se trata de la visita al sexto planeta.

[...]El sexto planeta era un planeta diez veces más amplio. En él vivía un señor viejo que escribía libros enormes.
-¡Vaya! ¡Un explorador! - exclamó, cuando vio al principito.
El principito se sentó sobre la mesa y resopló un poco. ¡Había viajado tanto!
-¿De dónde vienes? - le dijo el señor viejo.
-¿Qué es ese libro tan gordo? -dijo el principito- ¿Qué hace usted aquí?
-Soy geógrafo- dijo el señor viejo.
-¿Qué es un geógrafo?
-Es un sabio que sabe dónde se encuentran los mares, los ríos, las ciudades, las montañas y los desiertos.
-Esto sí que es interesante- dijo el principito-.¡Esto sí que es un verdadero oficio!
Y echó una ojeada a su alrededor por el planeta del geógrafo. Hasta ahora, nunca había visto un planeta tan majestuoso.
-Su planeta es muy hermoso. ¿Hay oceános?
-No puedo saberlo -dijo el geógrafo.
-¡Ah!- El principito estaba decepcionado-. ¿Y montañas?
-No puedo saberlo- dijo el geógrafo.
-¿Y ciudades y ríos y desiertos?
-Tampoco puedo saberlo - dijo el geógrafo.
-¡Pero si usted es geógrafo!
-Exacto- dijo el geógrafo-, pero no soy explorados. No tengo exploradores. El geógrafo no tiene por qué llevar la cuenta de las ciudades, de los ríos, de las montañas, de los mares, de los océanos y de los desiertos. El geógrafo es demasiado importante para andar callejeando. No deja su despacho. Pero en él recibe a los exploradores. Los interroga y toma nota de sus recuerdos. Y si los recuerdos de alguno de ellos le parecen interesantes, el geógrafo manda hacer una investigación acerca de la moralidad del explorador.
-¿Y eso por qué?
-Porque un explorador que mintiera acarrearía catástrofes en los libros de geografía. Y también un explorador que bebiera demasiado.
-¿Y eso por qué? - dijo el principito.
-Porque los borrachos ven doble. Entonces el geógrafo anotaría dos montañas donde sólo hubiera una.
-Conozco a alguien- dijo el principito-, que sería mál explorador.
-Puede ser. Y luego, cuando la moralidad del explorador parece buena, se hace una investigación acerca de sus descubrimiento.
-¿Van a ser?
-No. Eso sería muy complicado. Pero se exige del explorador que aporte pruebas. Si se trata, por ejemplo, del descubrimiento de una gran montaña, se exige que traiga piedras grandes.
De pronto, el geógrafo se emocionó:
-¡Pero tú vendrás de lejos! ¡Eres explorador! ¡Vas a describirme tu planeta!
Y el geógrafo, después de haber abierto su registro, sacó punta al lápiz. Se empieza por anotar a lápiz los relatos de los exploradores. Se espera, para anotarlos con tinta, a que el explorador haya aportado pruebas.
-¿Así pues...?- interrogó el geógrafo.
-¡Oh! - dijo el principito-. Yo vivo en un sitio poco interesante, es muy pequeño. Tengo tres volcanes. Dos volcanes en actividad y un volcán apagado. Pero nunca se sabe.
-Nunca se sabe dijo el geógrafo.
-También tengo una flor.
-Nosotros no anotamos flores-dijo el geógrafo.
-¿Y eso por qué? ¡Si es lo más bonito!
-Porque las flores son efímeras.
-¿Qué significa efímeras?
-Las geografías- dijo el geógrafo- son los libros más preciosos de todos los libros. -Nunca pasan de moda. Es muy raro que una montaña cambie de sitio. Es muy raro que un océano se quede sin agua. Nosotros escribimos cosas eternas.
Pero los volcanes apagados pueden despertarse -interrunpió el principito-. ¿Qué significa efímeras?
-Que los volcanes estén apagados o despiertos viene a ser lo mismo para nosotros- dijo el geógrafo-. Para nosotros lo que cuenta es la montaña. Ella no cambia.
-Pero ¿qué significa efímeras? - repitió el principito, que en todo su vida hamás había renunciado a una pregunta una vez que la había formulado.
-Significa "que lo amenaza una próxima desaparición".
-¿Que a mi flor la amenaza una próxima desaparición?
-Claro.
"Mi flor es efímera-se dijo el principito- y sólo tiene cuatro espinas para defenderse contra el mundo. ¡Y yo la he dejado sola allí!"
Este fue su primer movimiento de pesar. Pero recobró el ánimo:
-¿Qué me aconseja que vaya a visitar? preguntó.
-El planeta Tierra -le respondió el geógrafo-. Tiene buena reputación...
Y el principito se fue, pensando en su flor.
[...]

Todas las visitas del principito son muy interesantes, y a todas sus cavilaciones a través de ellas podemos extraer nuestras propias reflexiones. A propósito, una de ellas en la que quizás no pensó el autor, es que el geógrafo no se ocupa únicamente del planeta Tierra, y aquí comienza la expansión de la ciencia más allá de la etimología de la palabra.